jueves, 11 de abril de 2013
Avanza a ritmo acelerado la deforestación de selvas en el país.
Silvano Bautista Ibarias.
La situación de las zonas forestales del país es preocupante, ya que actualmente se mantiene apenas 36 por ciento de las selvas originales y 62 por ciento de los bosques, indica el Informe de la Situación del Medio Ambiente en México 2012 , de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
El reporte, detalla que en los últimos 50 años, los seres humanos hemos transformado los ecosistemas del mundo más rápida y extensamente que en ningún otro periodo de la historia.
Los ecosistemas en general, y los terrestres en particular, han sido el sustento de las poblaciones humanas desde sus albores: las han provisto de multitud de bienes, como alimentos (carnes, frutas, verduras y condimentos), madera y leña para la construcción y para la obtención de energía, papel y fibras, entre muchos otros usos.
La deforestación como la alteración de la vegetación afecta negativamente los bienes y servicios que aportan los ecosistemas naturales. De la superficie que se convirtió en bosques y selvas secundarios, cerca de 47 por ciento provino de la regeneración de terrenos agropecuarios, y el resto de la degradación de bosques y selvas primarias. México es el único de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en el que los bosques siguen reduciéndose.
El documento de la SEMARNAT indica que la forma de alteración más parecida a la deforestación es la extracción selectiva de maderas, y un ejemplo es que, a pesar de la prohibición de cortar leña, es común que alrededor de 17 por ciento de la población utilice este material o el carbón para cocinar. Agrega que, además del daño directo provocado por la extracción de leña y maderas preciosa durante el proceso de tala de un árbol como la caoba puede dañarse entre 30 y 50 por ciento de los individuos adyacentes, ya sea flora o fauna.
La alteración de los ecosistemas naturales tiene también efectos negativos directos sobre los servicios ambientales, y con ello sobre la posibilidad de un aprovechamiento sostenible. De acuerdo con la evaluación global más reciente de los recursos forestales (FAO, 2010), desde el año 2000 se han perdido alrededor de 40 millones de hectáreas de bosques primarios en el mundo, dejando tan sólo el 36% de la superficie remanente en ese estado. Las selvas se degradaron a un ritmo de 115 mil hectáreas al año aproximadamente.
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