En los últimos días trascendió la versión de la remoción de la contadora María Cristina Palomeque Rincón, como secretaría de los servicios administrativos del Congreso del estado, situación que vino a generar una situación algunas reacciones dado a que la funcionaria en cuestión prácticamente se había eternizado en el cargo con casi 10 años en el puesto.
Y es que al interior del congreso local, surgieron diversas voces en el sentido de que habría que analizar a quien le queda la camisa de rufianes orquestados, pues desde hace más de ocho años, un grupo maquiavélico que hasta el día de hoy ostentan cargos principales en el Congreso del Estado, confabularon y realizaron reformas a la Ley Orgánica del Congreso del Estado, con el propósito de volverse vitalicios en el cargo.
Según ellos, adicionaron candados y “obstáculos legales” más bien engorrosos de trámites administrativos, y evitar que los diputados realicen cambios sanos y desgastarlos, y así vender como si fueran grandes y únicos operadores en las áreas que ocupan, lo cual solo ha demostrado que se ha enriquecido a espaldas del pueblo.
Pero queda demostrado que como a todo cazador se le va la liebre, y a estos se les escaparon muchas, pues está mas que fundado que si existe facultad legal para realizar cambios en la estructura Orgánica del Congreso, máxime si la persona decide retirarse voluntariamente del cargo, para dejar el espacio a otra quien puede continuar con las tareas encomendadas.
Y como es sabido, que toda dependencia en su naturaleza estructural, sobre todo en la función administrativa, ésta no puede quedar acéfala, y es de suma importancia y necesario, dejar a una persona que se encargue de esas ocupaciones.
Por ello, hasta en tanto se cumpla con los requisitos legales para designar al nuevo titular, y en el Palacio legislativo, así se realizo, pues la persona en quien hoy recae la responsabilidad de los servicios administrativos, Luis Alberto Molina Ríos, está operando como encargado del mismo, hasta en tanto, se lleve a cabo la sesión de pleno y se designe al nuevo Secretario; lo demás que se dice en contrario, solo demuestra la aferración al poder y el dinero.
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