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“Corazón de Kaláshnikov” es el libro de Alejandro Páez Varela que Alfaguara llevó a la FUL 2014 entre el 22 y 31 de agosto) como su más reciente entrega, pero significa el relanzamiento de su primera novela aparecida en 2009 bajo el sello de Planeta, obra que ha corrido con la fortuna de ser bien aceptada entre el público lector.
Esta novela complementa e inicia lo que es ya una trilogía con “El reino de las moscas” (2012) y “Música para perros” (2013), sobre la frontera en general y Ciudad Juárez en particular. Es una narración dolorosa y descarnada del destino que han corrido muchas mujeres en aquella ciudad, a partir de las peripecias de tres personajes femeninos que resumen el devenir de muchas en ese contexto de violencia histórica y de cómo esa violencia se agudizó.
“Con la guerra de exterminio, con la matanza por encargo, con la impune certeza de los asesinos que matan, porque pueden hacerlo y no les va a pasar nada. Todo eso que se entronizó en Ciudad Juárez a partir de la decisión de soltar al ejército de Felipe Calderón”, afirmó Páez Varela.
Esta novela, con un juego de voces narrativas en la que predomina el narrador omnisciente, con el uso del tiempo literario en flash backs y en el discurrir de la conciencia de los personajes, sucede en un actual hoy y en un recuerdo o expectativa, con el manejo de ambientes y atmósferas de acuerdo a la vida interna de las protagonistas.
Por todo esto la obra ha sido calificada como un homenaje, casi un réquiem a las mujeres que luchan solas en un mundo que les es adverso y cómo hallan recursos para sobrevivir y sobreponerse porque, aunque es una ficción narrada a partir de la anécdota del asesinato de una mujer hallada en una brutal escena del crimen, de ahí la narración reconstruye la historia de esta mujer hacia atrás, para relatar entreveradamente las historias de otras mujeres que “se rifan solas y de cómo la frontera está siendo carcomida por el narcotráfico y la impunidad”.
Páez Varela ha reiterado que Ciudad Juárez es un “país de en medio” porque es una ciudad a caballo entre Estados Unidos y México, en que la gente vive así, en medio y que su ciudad natal (ahí vio la luz en 1968) es una ciudad de mujeres, unas originarias y otras migrantes que han llegado a trabajar a la industria de la maquila y han sido ellas el sostén de la ciudad. Muchas de ellas terminan trágicamente o sus vidas son agobiantes. Así pasa con las personajes de la novela”.
Asimismo, el autor se cuestionó frente al público el sentido de publicar libros o si acaso él no vuelva a publicar más nada, pues dijo estar “muy decepcionado tras los resultados de las elecciones de 2012” y ya no sabe si la gente lee, o si él quiere que lo lean.
“El fin del escritor es escribir, pero de publicar no lo sé. ¿Y de qué voy a hablar? ¿De ustedes, del desencanto sobre ustedes, que eligieron que quienes robaron a sus abuelos, a sus padres los vuelvan a robar? Tras el 2012 siento que no hay remedio, que se volvieron a meter a los carriles del PRI. Con eso, no puedo… Quiere decir que hubo una transición hacia la nada”.
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