CODICS).- Rocío Miranda Pérez, Presidenta Nacional de la Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina, aseguró que el año de gracia concedido al Presidente Enrique Peña Nieto con motivo de su arribo a la Administración Federal, “fue un año de desgracia para el campo” ya que a nueve meses de gestión y a unos días de que presente su Primer Informe de Gobierno, el medio rural está paralizado, sin producir.
En entrevista, la dirigente nacional de UFIC, advirtió que ante este panorama en el campo, 2013 se cerrará con déficit en la producción de alimentos además de que no se observa intención alguna para detener la importación de cupos “que se ha convertido en un negocio para las grandes comercializadoras”.
Ante lo anterior, dijo, es de esperarse que en la presentación del Primer Informe de Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, ya se deje a un lado el pretexto del “vamos llegando” y de la “inercia” en la definición de programas, reglas de operación y la aplicación del ejercicio presupuestal para el desarrollo del sector rural de nuestro país.
Es urgente el rediseño de las políticas públicas de atención al medio rural; seguimos a la espera de programas que fortalezcan al sector rural en su conjunto, tomando en cuenta que éste tiene un carácter estratégico en la economía nacional
Desde su punto de vista sigue pendiente la aplicación de programas y presupuesto orientado a atender los problemas del medio rural: como la mala calidad y bajo rendimiento de la tierra, ocasionada por la erosión y degradación de los suelos como resultado de la aplicación del modelo de producción de monocultivo.
Asimismo está el incremento del precio de los alimentos contra la falta de precio justo en los productos agropecuarios, la ausencia de crédito para la producción alimentaria, la migración creciente, la caída de las remesas enviadas de Estados Unidos y la carencia de servicios básicos y vías de comunicación en las comunidades rurales.
Por estos temas y otros como la lentitud en la aplicación del presupuesto para el campo 2013 es que los campesinos tuvieron su “año de desgracia” ya que sólo la Sedatu fue la única secretaría de Estado que ha aplicado los recursos en tiempo como en el caso del programa Promusag destinado a la mujer campesina.
Contrariamente, Sedesol, Sagarpa, Secretaría de Economía y Secretaría del Trabajo, en lo que va del año, están en un marasmo de evaluación de programas y proyectos productivos ya que si el tiempo estimado es de tres meses para la aprobación de los proyectos que presentan los interesados, actualmente llevan nueve meses y no resuelven nada.
Pareciera, dijo, que los funcionarios emanados del PRI no han sabido hacer su trabajo o han encontrado apoyo de los sus similares que quedaron de la administración pasada ante la validación del servicio profesional de carrera “pero lo cierto es que a las organizaciones campesinas nos pasan a afectar”.
Ante esta situación, Rocío Miranda Pérez, se pronunció a favor de que así como serán evaluados los maestros, sean evaluados en su desempeño los funcionarios públicos a fin de cerrar el subejercicio de recursos como sucede actualmente.
Para poder sacar adelante al campo mexicano, más allá del Informe Presidencial, Rocío Miranda Pérez, líder nacional de UFIC, se pronunció por una reingeniería en los programas que operan la Sagarpa, la Sedesol, la Sedatu e incluso la STyPS a fin de que se impulse la producción de alimentos y se genere empleo.
Lo anterior debido a que para el 2014 el panorama no es nada alentador si consideramos que importamos el 50 por ciento de los granos, el 78 por ciento por ciento de la carne de res y el 72 por ciento de la carne de pollo.
Asimismo, confió en que el Presidente Enrique Peña Nieto tenga la capacidad de cumplir, antes de que termine su administración, con lo que, en palabra, ha comprometido con las organizaciones campesinas como es contar con créditos blandos en el medio rural, bajos costos en los fertilizantes, un esquema de almacenamiento de semillas y acompañamiento tecnológico para el productor social.
Dijo que la producción a escala es una vía para alcanzar la autosuficiencia alimentaria y mejorar la calidad de vida de los campesinos luego de que en los últimos treinta años, el campo quedó desmantelado, en el abandono.
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