jueves, 16 de enero de 2014

Continua saqueo sin control de arena del Rio Santo Domingo.

Silvano Bautista Ibarias.

Cientos de transportistas que acarrean arena del Rio Santo Domingo repudiaron ayer la actuación “dos caras” de Aniceto Orantes Ruiz, quien por un lado le finge al gobierno lealtad y por el otro lado manipula a los grupo de concesionarios para que agudicen radicalicen el cierre y bloqueo de los bancos de arena.

Los afectados integrantes de diversas organizaciones dijeron que el conflicto afecta no solamente a este gremio sino a la misma demanda de arena de la población y al mismo gobierno que ven paralizadas sus obras tanto la ciudadanía que llevan a cabo sus construcciones.

Francisco Santiago Pérez López al frente de los inconformes resalto que las intenciones del “Pablista” Orantes Ruiz, es tener bajo su control el monopolio de la arena como antes lo hizo en el transporte otorgando permisos al por mayor y a sus mismos familiares en los tiempos del ex gobernador Pablo Salazar Mendiguchia, y hoy como es su costumbre aprovecha y azuza este movimiento para seguir llevando agua a su molino.

El fuerte grupo de agraviados dijeron que la situación que enfrentan es insostenible para ellos y sus familias, toda vez que su economía de por si es crítica y se vuelve mucho más difícil por lo que pidieron la intervención enérgica de las autoridades y poner un freno a este conflicto que se agrava cada vez más, pero sobre todo que hagan una exhaustiva investigación al proceder y manipuleo de desestabilización social que realiza este ex funcionario Pablista.

Asimismo, ante el saqueo desmedido, habitantes de las comunidades Julián Grajales, Nicolás Bravo, El Ranchito, Ejido Allende, Galecio Narcía, Rivera Amatal, Ejido Amatal, Cupasmí y América Libre acordaron que si la Conagua continúa protegiendo a los dueños de las dragas, detendrán ellos mismos los camiones, con las consecuencias que ello genere.

A 40 años de haber iniciado la extracción de material en este afluente, del que Tuxtla Gutiérrez obtiene agua, los pobladores están cansados. Las dragas desfiguraron el cauce natural, crearon pozas de más de 10 metros y arrancaron los árboles de las márgenes.

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